para variar

10 abr 2012


ME-MORÍA


¿Cuánto voy a tardar en escribir sobre esto?
Porque tengo ganas de mirarme con cara de que ya sabía, parado en una esquina, recostado en un faro de luz, soberbio y ganador, dueño sin restricciones, escriba del futuro asegurado, de la caída con aplausos, de lo inevitable, dibujado en una promesa ridícula, en un rayo de sol, que pasa veloz; dibujado en las coordenadas que nos disparamos, porque hacemos trampa para continuar.
“Si no decís nada,
no digo nada”,
con la resonancia de cada palpitar, cada eco de vida que nos permite estar
preocupándonos 
por no vomitar,
y presentir que tocaste los libros, que yo voy a comprar, para leer escondido,
para quedarme fascinado
atrás,
todo lo que te parece
tan insignificante, 
y banal;
con los 21 de diciembre que se suceden, sin temblar,
en cada biblioteca gastada,
con bibliotecarias que son pura enfermedad.
Las decisiones importantes se pisan y se contradicen,
se dan la mano para pelear,
se abandonan una noche de lluvia y se abrazan cuando el mar está mejor 
y 
esconde
todos los mitos que pudiste crear,
porque el limite fue tu ingenuidad,
y la revelación es tan grande como tu decepción,
que se odia,
por no soñarte soñando,
por soñarte demasiado.
¿Cuánto voy a tardar en escribir esto?
Si ya no ordeno mi placar, y las puertas están abiertas.
Si dejé de lastimar, para hablar de abandonar.
Si me mostré muy seguro, y me dormí en un rincón.
Si tomé algunas cosas
y fue peor. 
Sí me compré las pastillas,
las de tu doctor
las de mi doctor
las de ningún doctor.
Morir, ser expulsado,
no poder entrar.
Dejarme abandonado, 
después, despertar
y olvidar, 
con las ideas que se marchitan,
como cada Navidad,
Hola,
Publicidad,
Cortar.
Toda una cadena evolutiva rota,
para variar.

0 Diálogos: