LAS NO-INSTRUCCIONES
A su vez, el no-sentido máximo del existir (ser) es, sin dudas, la prueba final y contundente de que cada acto-individuo está ligado de modo profundo a cualquier otro acto-individuo, sin importar que la naturaleza del mismo sea, en apariencia, opuesta.
Resumiendo: el no-sentido tiene demasiado sentido, y eso nos vuelve piezas en negativo (no) de un circuito ya oxidado.
El circuito de algún juego roto y olvidado bajo pilas y pilas de manuales y textos escolares.
Un juego simple y tonto que nunca pudiste ganar…
¿Abandonaste?
Para que las luces se enciendan sólo hay que conectar
(unayotravez)
sin sentido
hasta descubrir que la gracia siempre fue no saber qué había que hacer para ganar.
Es lo único que tiene sentido:
Poder
Volver
A
Jugar
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LEMAD
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