preguntar pavadas

2 jul 2012


RATI: LACONCHADETUHERMANA


Un video policíaco muestra la cara de un extraterrestre, mientras nos reímos, preguntándonos, con una seriedad enfermante, 
muy por adentro:
“¿eso pasó de verdad?”
así que dudamos,
entregados,
siendo cómplices de la conspiración,
con la vista cegada,
perdidos en cada detalle,
en la noche,
en el horizonte, con montañas,
en el auto de adelante,
que acelera sin piedad,
que escapa desaforado, 
que elude toda regla, 
que comete
cada
infracción,
y contenemos el aire, 
porque queremos que alguien gane,
pero nos cuesta ser sinceros,
y seguimos masticando papas fritas,
con la boca muy abierta,
abstraídos,
hipnotizados,
con el rostro del acusado,
que no se entrega,
y te convence: viene de otro lugar,
porque hay algo raro en ese ser delgado, 
de ojos saltones, 
pelo escaso,
esquelético y nervioso,
que parece gritar
que estás viendo algo que es más grande que lo que te quieren vender,
y las risas nos dicen
que es todo un truco, 
un mensaje subliminal,
para que te preguntes pavadas, 
en vez de preguntar de verdad
(“¿eso pasó de verdad?”);
y no me hubiera imaginado que todo podía cambiar,
en un segundo,
al entender que estamos ocultos,
para lo que nos ocultan,
y por eso,
nadie
ve
nada
más,
sólo podemos hacer un chiste,
temblar ante la posibilidad,
y luego, 
quizás,
armar un discurso,
una vuelta de tuerca,
un lindo final,
algo que se acomode y no contradiga
las reglas de la ceguera general,
mientras por dentro nos morimos otro poco,
retrocediendo,
hasta que sólo quede la introspección,
sin una tele que muestre el juego de buenos y malos,
la conciencia,
la realidad,
hasta que sólo quede el vacío,
y la señorita muerte 
empiece a llenar,
la copa
de 
lo
que 
había detrás,
que está 
y seguirá estando,
equilibrando los tiempos 
en un nudo certero,
donde mi fantasma y yo
cruzamos los dedos,
para que el extraterrestre logré
por una vez,
triunfante,
eludir la ley.

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