los que se murieron

13 ago 2012


INVENTAMOS CANCIONES YA ESCRITAS


Mis músicos favoritos están muertos,
pero incansablemente lúcidos,
como si nunca hubieran podido escapar de la primer lluvia que los agarró por sorpresa,
como si nunca hubieran podido rearmar el corazón,
y hubieran decidido colgar las partes,
para decorar el hogar,
y recordar,
por siempre
(eco/
eco/
eco)
que vivís donde querés vivir;
como si nunca hubieran podido desprenderse de la fascinación,
de las pupilas ajenas,
que se llenan de lágrimas,
de convicción,
de temblor,
¿a dónde van a parar las melodías desafinadas,
cuando cantas,
a los gritos,
ocultando cualquier otra voz?
¿a dónde van a parar las fantasías sonrientes,
cuando viajas,
en un bondi,
imaginando el escenario mejor?
¿nunca te pusiste a pensar que tu tema favorito no existió hasta que te quedaste afónico,
repitiéndolo?
¿cuántas veces habremos cantado lo mismo,
sin siquiera conocernos,
destruidos
en la entereza
de la pasión,
bajo un cielo nublado,
cagados de miedo
por sentir
tanto
tanto
tanto amor?
“mis músicos favoritos están muertos”,
seguro que pensaron mis músicos favoritos,
los que se murieron,
¿nunca te pusiste a pensar que lo que sigue vivo está siendo infinitamente reinventado?
así que si están realmente muertos,
¿cómo es que todavía se despiertan fascinados por la revelación,
de haber escuchado en sueños
una hermosa canción?
¿quién hace de antena?
¿quién es el transmisor?
¿y si vos y yo también estamos muertos,
suspendidos en la vibración,
(crece,
se modifica,
vuelve)
que siguió al único sonido que alguna vez existió?
“una explosión”
dice un mito,
“un grito”
digo yo,
y el silencio violento
que resultó,
ensordeciendo,
con su dolor:
mis músicos favoritos están muertos,
para poder seguir siendo el detonador
y la tentación
de matarme
cuando la sangre
se vuelve
distorsión.

0 Diálogos: