Mis escaleras son mías
Quiero
subir al techo contento, cuando la tarde esté cayendo y el Sol parezca un
enorme ojo drogado, alucinando o cerrándose para siempre; un moretón, una
herida, un mamarracho, la evidencia definitiva e indiscutible de que un pibe
medio morbo y con serios trastornos psicológicos nos persigue con una lupa, con
sonrisa tonta, saliva colgante, idiota, idiota, IDIOTA.
Quiero subir al techo contento, para jugar a que
veo todo e imaginarte desnuda; para juzgar y que no me importe; para anunciar
el Fin del Mundo y cagarme de risa; para dejar alguna enseñanza boluda y tirar
la primer piedra al que me tome en serio.Quiero subir al techo contento, poner una
reposera, abrir un cómic y esperar la noche, para aspirar el humo de los
cuerpos calcinados; llenarme de ganas malgastadas, palabras mutantes, paranoias
compartidas, ambiciones febriles, fiestas caleidoscópicas, miedos y villanos
heroicos.Quiero subir al techo contento, y voy a fumarme
este incendio descontrolado, para finalmente bailar en llamas, con el nuevo
amanecer; para que nadie vengue mi muerte; para que digan que fui un buen
intento; para que alguien me crea culpable; para descomponerme y cubrirme de
moscas; para darle arcadas al cielo, para darle una buena razón para vomitar,
para saciar la sed de tantos cadáveres que laten, que siguen, que se repiten.Quiero subir al techo contento… Y poder bajar
igual.
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