NUEVAS CONSTELACIONES
Confío
en el no-future, que lejos de ser una negación es un signo en positivo, es la
prueba de que siempre tuve una religión… Y no voy a inmolarme hoy, no tengo que
dejar un cadáver bonito, porque no tengo que explicarle nada a nadie, porque no
tengo miedo, porque sé qué cosa me espera, porque entendí que lo que carece de
continuidad es el Mundo, que siempre es demasiado, que nunca se detiene, que se
vuelve abstracto: un punto, en el medio de la nada… Podría ser cualquier cosa…
O podría ser sólo eso: un punto. En el medio de la nada.
Entendí que mi futuro, que no es, siempre será,
porque gracias a lo que voy a ser, fui.
No voy a transformarme en bandera y no voy a
vestirme diferente para ser igual a los que no quieren ser iguales, porque no
voy a tratar de encontrar el modo de que funcione mejor, porque como funciona
está genial, porque se está derrumbando, porque se está deshaciendo, porque no
me interesa meter las manos dentro de un engranaje que no comprendo del todo,
porque no me quiero ensuciar al pedo, voy a ser sincero: no puedo hacer nada
por nadie. No del modo que esperan.
Prefiero construir mi propio sistema solar, para
que te tires a ver las estrellas y puedas encontrar constelaciones que nunca te
imaginaste, dioses gigantes, antiguos, feroces. Vos y yo. Prefiero hacer lo que
creo que sé hacer, antes de ser la oposición obligada, que sólo es otra forma
de estar delimitado… No quiero encontrar la falla, quiero pintar el horizonte
que va a ver esa persona que algún día ponga las bombas que creo que se
deberían poner.
Soy necesario para que las cosas sucedan, pero no
quiero comprar el cartel de héroe, ni el de mártir, ni el de punk… QUIERO SER
TODOS.
No quiero ser el enemigo que está adentro, ni el
amigo que se queda afuera.
Quiero ser los cinco segundos de error, el deja
vú, la madrugada agitada.
Quiero dar lo que me hace bien, porque el resto
son las suposiciones, las líneas correctas, en los renglones correctos. Y lo
correcto te da aplausos, y los aplausos te dan un lugar, para que lo que no
querés que exista se reformule. Una y otra vez. Después viene el discurso.
APESTA.
Quiero no-future, porque entonces podría ser de
cualquier modo, porque todo el pantano es para decir que me gustan las tardes
de Sol. Porque el resto es secundario.
Porque valen más mis ganas de escribir un cómic,
que mi odio hacia el noticiero.
En serio, no voy a ensuciarme las manos, no es lo
que me interesa, así que si esperabas que te ayude a arrancar estás perdido.
Prefiero que nos sentemos y esperemos al que tenga
la capacidad de hacerlo.
Yo puedo quedarme con vos y puedo contarte una
historia, dejarte una pregunta, robarte algo. Eso SÍ soy capaz de hacerlo. Es
lo que me sale… Y juro que voy a poner todo mi espero en que te conmuevas.
Capaz que, después de todo, lográs ponerte en movimiento.
Capaz que sólo necesitabas encontrarte.
No te preocupes por lo que viene, no te preocupes
por la tormenta que va arrasar con toda esta mierda… preocupate por saber dónde
estás parado y preguntate si es tu lugar. Preguntate si tus victorias son tuyas
de verdad, si tus fracasos te pertenecen.
O dejá de preguntarte las cosas, por una vez.
No me des lo que necesito, dame lo mejor. Y confía
en mi, que confío en el “no-future” con tanta fuerza y convicción como confío
en el mañana.
Como confío en vos.