[TragiComedia]

15 dic 2010

ALGUIEN VOMITÓ EN EL FLORERO
-Hay fiesta en casa y no me invitaron-




[Salí vestido de insectos y me encontré desnudo en medio de una tormenta de arena que cayó sobre vos… Y yo ni sé por qué te abrazaba.
¿Y ahora quién va a querer tenerme entre sus brazos?
Y no me encuentro con el pasado, que se disfrazó de payaso y se subió al auto más ridículo de todos: uno que no gasta combustible pero te lleva más lejos que ninguno. El pasado no es funcional y es lo más sano que podés consumir… Qué cagada que te arruine la vida y te rompa la dieta y te moje la poesía de frases gastadas y los ojos de otras miradas… Qué cagada que se vuelva armonía, cuando querés desafinar. Nadie quiere ser perfecto y no hay una luz al final del túnel si todos los tóxicos me ofrecen una única alternativa.
-¿A dónde vamos mañana?
-A la concha de tu hermana…
Y le sonreí a la sonrisa de aquella piba (vos) que me guiñó un ojo y me robó lo que llevaba en el bolsillo izquierdo, pensando que no me había dado cuenta. Tan fácil jugar al chico ofendido, tan fácil no decir nada y bailar sobre tu tumba. Qué fácil olvidarte… Y todo para que te dibujes en el espejo retrovisor, como una imagen perpetua, mientras el hijo de puta burlón se me escapa más y más, por mucho que pise el acelerador.
Se matan las moscas, los mosquitos, contra el parabrisas. Alguien debe morir por la causa.
Estás a mis espaldas, al tiempo que corro a tu encuentro, con afán de destruirte, porque las rutas son lugares salvajes y sos vos o soy yo, pero jamás (ya no) los dos en un mismo carril.]

***

 ‎[Creo que cuando llegaste no te dije “hola” y apenas te miré (aunque me alcanzó para ver que te habías puesto la remera esa tan horrible que te queda tan bien). No sé si fue que preferiste no hablarme o que ignoré lo que me dijiste. Me acuerdo que me puse a gritar: peleaba, de nuevo, contra los fantasmas. Arma de turno: la escoba, mucho mejor que cuando quise combatirlos con el desodorante de ambiente y terminé con los ojos irritados por casi una semana. Sé que los fantasmas no son tu culpa pero si están ahí me desespero y nunca te digo que me hace bien que estés cerca, que tengo miedo, pero es así… Paso todo un día extrañándote y después no soy capaz de darte la bienvenida. 
Alejaste de mi todo lo que podía romperse y te fuiste, a hacer tus cosas, a reír, mirando unas revistas… Me molesta que no te des cuenta de todos estos fantasmas… Pero creo que sólo me molesta porque quiero llamar tu atención, porque me gusta esa sonrisa y quiero causarla yo, aunque no hago nada para merecerla. 
Me caí rendido, exhausto, mucho después. Qué triunfo idiota… y así y todo tenías un regalo para mi, en la mochila, guardado debajo de todo el peso de tu día. Los ojos se me cerraban y no llegué a decirte que me sentía muy mal.
Ahora dormís. Empieza otro día. Yo ya estoy transpirado, despeinado, mirándote fijo, observando tu paz. Me gustaría despertarte, para hablar, antes de irme, pero no sería justo… Pienso en que cuando te vuelva a ver, a la noche, voy a regalarte algún momento especial. Pienso eso y me olvido de los fantasmas, aunque sé que vendrán. 
Me da miedo transformarme en uno de ellos algún día y que cuando abras los ojos me veas y te pongas a gritar, porque ya no me conozcas.
Espero que no suceda. No quiero que suceda.]

***


[Soy la rajadura de tu pared, por donde salen las cucarachas, las arañas, los escorpiones que te pican y no te dejan dormir, que se te meten por los oídos y te besan la cien y te susurran en la nariz para darte pesadillas de parques de diversiones cerrados, escuelas que se derrumban, hospitales abandonados, casas con cementerios en el sótano.
Soy la rajadura de tu pared por dónde espías cuando los sueños turbios se acabaron y el Sol está bien alto, violentando tus cortinas. Soy la rajadura de tu pared, por la que mirás cuando te sentís sola, en medio de un sitio tan limpio, tan decente, con tanto olor a shampoo de manzana, sin arañas, sin cucarachas, sin escorpiones.
Soy la imperfección que necesitás para que nada se derrumbe.]


*** 


‎[Agarré el martillo que armé con los veranos en los que mi habitación fue una heladera y rompí todas las paredes, para dejar al descubierto a esos duendes rompe pelotas que todo el tiempo están susurrando, cuando vos querés que haya silencio... te llenan la cabeza de palabras sueltas, que no dicen nada, pero que se te enroscan al cuello y no te das ni cuenta y después salís a comprar el pan y el panadero te mira raro, como si fueras un cara de pija... Y ahí siempre caés, tarde, con bronca: "Lo hicieron de nuevo…". Y volvés por la sombra, rápido, para ya no cruzarte con nadie... Y para sacarte toda la mugre le escribís una carta a Papá Noel, llena de mentiras y huevadas, porque eras un nene de bien, tan inocente, tan boludón... 
"Papá Noel, quiero un martillo..."
Pero el martillo nunca aparecía. Y de los Reyes mejor ni hablar, porque son tres drogones que vuelan en camello y tienen un fetiche serio con los zapatos... Que se curtan si piensan que voy a dejar mi único par de zapas para que las huelan unos pervertidos del orto.
Lo bueno es que el martillo por fin llegó, porque cuando te das cuenta que todos están para darte lo que quieren y no lo que necesitás, agarrás tus pedazos rotos, los escondidos y les das forma... 
Yo hice un martillo. MI martillo. No es un martillo lindo, para nada, pero es mucho mejor que esos regalos al pedo (aunque extraño algunos muñecos, esos de súper héroes, súper articulados).
Quince años esperando el momento. 
Qué cagada que atrás de las paredes sólo hubiera cables, unos cuantos caños y nada más. 
Ahora estoy en problemas de verdad.
Y no tengo luz.]

***

[Quiero hablarte de mis amigos… Quiero contarte que a veces los extraño, que me arrepiento de no haberlos acompañado, pero que no reniego de mi viaje, que me dejó lejos de un destino compartido… Quiero contarte de la primera vez que probé drogas, de la vez que aposté con una piba para ver quién tomaba más vino y terminé vomitando… Quiero hablarte de la tarde en que soñé con un hada y me desperté al palo, quiero que sepas la historia de mi familia, que no es especial pero siempre me deja pensando. Quiero hablarte de esa noche en la que apenas podía mantenerme en pie, en una playa, junto a la chica de mis sueños… Quiero hablarte de lo asqueroso que fue el colegio y quiero mentirte en cada detalle, sin maldad, sólo para adornar la historia. Quiero hablarte de fantasmas, porque una vez vi uno. Quiero serte sincero al límite para descubrir qué cosa estoy diciendo y que me duela, justo cuando vos te rías. Quiero ser una comedia de mi y quiero que seas el público. Quiero invitarte a pasar una Navidad conmigo y decirte que extraño algo pero no sé bien qué… Quiero recibir un abrazo que primero me recuerde al hogar y me mate de melancolía, a tal punto de que te odie, por ocupar el lugar que no es tuyo, pero que luego tome identidad propia y haga que empiece a preparar mi despedida, con alegría, porque si lo logro también vas a ser, en algún momento, una parte de todo esa tontería que es mi vida, tan cargada de cosas y a veces tan vacía de personas.
Quiero que entiendas lo que digo cuando digo las cosas que me callo.
Quiero que choquemos un vaso de cerveza, entre risas, y que sin darnos cuenta destapemos la cuarta botella, para terminar hablando o discutiendo de alguna peli que seguro no vi. Quiero hablarte de conejos y de viajes en el tiempo, porque soy un obsesivo. Quiero que me digas que estás enamorada de alguien y que llames llorando de la ansiedad y así sentir que confiás en mí. Quiero que un día que mi novia se enoje conmigo me invites al cine y me calmes un poco y me hagas entrar en razón. Quiero que me ayudes y que me presientas, porque a veces no aviso lo que necesito y me enojo si no me lo dan.
Quiero prestarte un libro, dos cómics y algunos discos pirateados… Quiero que hagas lo mismo.
Quiero que me odies un poco, que te mueras conmigo, que te arrepientas, que me entierres, que siempre se te haga nudo la garganta cuando pienses en mí. Que estés tentada, años después, a mandarme un mensaje. Que compartamos vida.
Quiero que me des comunión y una charla secreta, que me escuches cuando esté a los gritos, indignado, porque miré el noticiero. Quiero que me des un mal consejo cuando esté desesperado por no saber cómo concluir un cuento… y quiero que pongas cara de que me conocés mucho cuando te haga caso pero no admita que fue idea tuya.
Quiero que no me mires con la cara que todos miran cuando no me miran a los ojos.
Quiero ser tu mejor amigo.
Si no es intenso, es una mierda.]

***

[Pensalo así: Si el RAID contra cucarachas funcionara, a la larga, las cucarachas dejarían de existir y ya nadie compraría RAID. Por lo tanto el RAID es una mentira.
Ahora pensalo así: Capaz que cuando decía RAID estaba queriendo hablar de la policía y de toda esas cosas que si realmente resultaran deberían abogar por su propia desaparición. Cuánta estafa… ¡NADIE QUIERE DESAPARECER! ¡TODOS TE QUIEREN EXTERMINAR, PORQUE LA ÚNICA CUCARACHA SOS VOS! ¡SÍ, VOS! ¡VOS VAS A DESAPARECER! El RAID va a seguir ahí, en las estanterías de los supermercados de lujo, vendiendo la tranquilidad, ayudándote contra la plaga.

Cuando te vuelvan a decir paranoico ignoralos. Son todos unos ilusos.]

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