Literatura Matemática

24 dic 2010

CUANDO SE ABURRE, SOPLA


Es una tarde ventosa… Seguro debes conocer alguna… Esas tardes tan grises que duele mirar y que todo es un video clip, en cámara lenta, con el flashback constante quemando el cerebro en intermitencias que son balas en la cien de la cordura, que se enferma, se abraza las rodillas y pide basta, pide no más nostalgia.
Una tarde así dicen que los animales enterrados aúllan, en alguna danza ritual que ninguno de nosotros nunca jamás va a descifrar. Hay tantas cosas que jamás vamos a saber, que estamos destinados a ignorar: tanto instinto desperdiciado por morder el anzuelo. Que trampa tan horrible y genial (como tus palabras sobre una vida mejor, ¿te acordás?).
Es una tarde ventosa y con eso deberías entender todo. No me tendría que molestar en decirte lo demás, en mentirte con metáforas que yo no siento, que sólo son el reflejo de lo que querría decir, y lo que quiero decir sólo tiene una ecuación posible: Es una tarde ventosa.
([ES] + [UNA] + [TARDE] + [VENTOSA]
Las matemáticas de la literatura, porque la literatura no es perfecta y exige una respuesta que se traduce en un intento más, fallido, de tratar de decir lo que no es en si, para arruinarlo un poco, volverlo inconcluso, exigente en consecuencia, parte de la cadena… Quitamos libertad a la realidad. Somos los represores innatos del Universo. Nacimos policías, castradores, villanos.
-Rati puto… -te gritan.
BANCATELA.
Es una tarde ventosa, lo que significa que todo se mueve, que todo se quiere ir, que todo se va. Todo menos yo, que me aferro a algo, que no sé si es un recuerdo o una esperanza de futuro. Pero el viento dice que el futuro es el presente, que lo único venidero son los días que pasaron, porque para adelante no va nadie, excepto esos que no vuelven, porque todo tiene un precio y a veces te venden caro el medicamento.
-¿Querés la inyección? Empezá a hurgar en tus bolsillos.
Es una tarde ventosa y yo me acuerdo de algo que seguro no es lo que te acordás vos, pero que seguro es lo mismo, porque cada segundo es parte de la misma historia y cambiamos los personajes para jugar a la diversidad y no entendernos nunca (nunca, nunca) y perdernos en senderos que ni escribimos… Y acribillarnos el alma, por un reproche que no tiene sentido porque el bosque va a ser siempre bosque y tarde o temprano uno de los dos se iba a distraer lo suficiente como para distanciarse del otro, porque necesitamos que sea especial y lo dividimos, lo rompemos, arruinando de por vida la Sincronía Eterna, la Empatía por excelencia. El salto iniciático al Gran Error, a lo mejor de  lo peor: la horrible inestabilidad de estallar en sentimientos encontrados, una y otra vez.
Sé tu fisura o no seas (serás) nada.
Es una tarde ventosa y no puedo pensar en nada pero me estoy hundiendo como nunca y no pienso en todo eso que nunca pienso, para negarme dos veces y aceptar algo en el camino, de puro rebote: “A la persona que más extraño, cada día tengo menos ganas de verla…”
Es una tarde ventosa y no sé si le pifié de disco o puse el tema correcto, si lo premedité, si lo sabía o si me salió sin querer. El viento nos está quitando algo. Nos está dejando piel y huesos, fósiles de esta farsa de Mundo, resortes, pedacitos insípidos pero significantes de toda una civilización perdida.
Se nos va, me alborota el pelo, me enfría la cotidianidad, la linealidad.
Es una tarde ventosa, mi amigo, y para mañana estarás a unos cuantos kilómetros más lejos.
Más lejos de casa.
Más lejos de mi.
Sigo en la plaza, soportando, en el mismo banco. Tan igual que nunca voy a volver a ser el mismo.
Es una tarde ventosa.

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