lomásimportante

27 nov 2012

LOS FANTASMAS DE LAS NAVIDADES ERAN 4
(nadie se acordó de mi)


Algunas sensaciones me las olvidé y trato de escribir historias que refresquen y digan algo que me parece exquisitamente universal, porque, de pronto, me es tan ajeno, como ese tema de El Otro Yo que escuchaba sin poder dormir, pensando en la fábrica abandonada que había al lado de mi casa, y hoy ya ni sé si alguna vez resolví el misterio, o si un día abrí los ojos y era el fantasma,
la víctima
o 
el 
arma homicida,
pero ya no me acuerdo lo que es desangrase en un lugar desconocido, correr deseperado por calles oscuras, con la culpa besando el cuello, apasionada, ya no me acuerdo lo que es atravesar la carne y tocar el corazón, crear el cortocircuito y entender que todo, siempre, será electricidad,
ahora soy el momento de la incertidumbre, cuando los pasos que hacían eco, de pronto, confirman lo peor, cuando el silencio se vuelve stéreo y exige su lugar en la tragedia, tan llena de monólogos e intenciones, tan olvidada de propuestas indecentes, susurradas en pupilas gigantes, aumentadas, porque soy la lupa, 
prendiendo fuego la evidencia
al 
sol, 
y antes el dejá vù anunciaba, 
luego fue agujero negro, 
con toda la chance de escapar
pero los diarios del pasado reclaman, 
los del futuro empiezan a imaginar
se hacen eco de una fantasía prehistórica,
anunciando la muerte, que es lo único que nunca fue verdad,
sólo el olvido, que crece, junto a la certeza de que todo se va a amplificar,
como el fractal de eso llamado vida
("lo más importante/
está más abajo")
que es titular
y muestra las fotos de un cadáver, tapando el rostro
para que no nos tentemos 
a
recordar.


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