Yo Soy Vos

10 mar 2011

NADA COMBINA CON NADA


Es arena la calle y es invierno tu voz, que se queda congelada, como esperando que alguien la derrita, pero disculpame: me voy. Que se yo. Me voy.
Yo no tengo alma y a vos te sobran buenas intenciones, entonces alguien se equivoco de puerta y capaz que digo: “Pase”, cuando debería decir: “Ocupado”. Pero no creo que sea para tanto, no es cuestión de que me dejés sentado en el cordón, esperando un bondi que no sé a dónde me lleva.
¿No ves que no puedo mantenerme en pie?
Es crayón todo el cielo mal pintado y me parece que te debo las estrellas, porque no veo ninguna, por mucho que me digan que mi futuro está escrito. Es un final poco convincente, sí, seguro.
Ponele “play”, que a mi me cae bien y no te confundas, porque si canto es porque me gusta, no porque te entienda. Y digo “Otra”, cuando capaz era: “Paso”.
 Además, ponele, si no lo uso se gasta. Y si le pongo moneditas se me muere. Fijate.
Es cartón toda esa calle desierta y para mi es el videoclip que me imaginé de pibe. Todo vacío, todos escuchando. Cada momento puede ser mágico, pero si te doy una flor queda re feo. Mejor me río con vos y que salga lo que sea.
Es arena. Y nada combina con nada.

***

Me dejás con las sílabas huérfanas y no sé qué chiste te estaba contando: soy el comediante frustrado, con amnesia de último momento, en el show más visto, pasando vergüenza delante de mamá, de mi profesor, de vos.
Soy un pedazo de excusa que no sirve para remediar tanto error acumulado. Soy parecido, pero no. Soy la luz que se prende en mitad de la proyección, soy el cable que se vislumbra, rompiendo la ilusión.
“Nadie puede volar, te lo dije”.
Me dejás con las sílabas muertas y no me acuerdo a quién le rezo, a quién soborno con plegarias chupa pija con tal de conseguir un poco de cordura nocturna, para no tener que perseguir pecados que no cometo, asesinando inocencias con desgano.
Soy la confesión más insolente, soy la prueba contundente de que nadie escucha cuando hablamos a la cruz. Soy parte de la mentira, orgulloso.
Me dejás con las sílabas tuertas y no termino de contarte mi historia, que empieza con “Había una vez” y termina muy parecido, que tiene un montón de villanos pero sólo un héroe, lisiado.
Soy la silla de ruedas en la que agoniza el hombre más poderoso del Mundo; soy la cosquilla vulnerable del tipo que jamás se ríe; la media rota del más elegante; la “h” desubicada del premio Nobel de literatura; el placar entreabierto de tu hermano mayor, que nunca le temió a la oscuridad; el tomatazo acertado, en el concierto acertado; la muerte exagerada en la obra de teatro; la mariposa muerta en el patio del colegio; la tiza rota de la profesora de matemáticas, que siempre venía despeinada y era muy joven y lloraba a escondidas.
Soy el peluche poco fiel de los niños que no quieren dormir solos; la lamparita que falla cuando llegas tarde; la pila que se agota, justo en el viaje más largo.
Soy la certeza de que las cosas pueden salir mal.
Me dejás con las silabas secas, y me ahogo en la impaciencia, que se extiende, se hace río, se hace mar, se vaporiza, te llueve.
Y yo soy vos, cuando no querés ser vos.
Y te dejo con las sílabas prestadas, para que lo hagas mejor.

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