Todo el Tiempo

20 mar 2011

TAN EQUIVOCADO QUE TIENE RAZÓN
("A veces llegas tarde")


La mitad de los graffitis que ves por la calle son de bandas que ya no existen, cuyos miembros murieron o envejecieron lo suficiente como para recordar que alguna vez, en una época remota, tuvieron una banda.
La otra mitad de graffitis corresponden a propaganda política, de tipos que están muy vivos y que saben muy bien qué es lo que quieren.
No quedan dudas: el Mundo no cambió y la ciudad está tan muerta como el punk.


***

Desde donde estoy te tapa una columna, así que no puedo verte. No puedo ver tus manos temblando, porque estás nerviosa; no puedo ver tus pasos desesperados, encapsulados; no puedo ver tus pupilas desorbitadas, rebotando. No puedo ver tu impaciencia, porque aunque no te veo sé que estás esperando algo. O a alguien. 
Todos estamos esperando algo o a alguien. Todo el tiempo.
Aunque no te veo sé que no estoy solo.
A veces imagino la horrible posibilidad de que en realidad no estés ahí, pero entonces me digo que eso sería una idiotez, porque si no estarías entonces yo no estaría mirando la columna. Porque la columna no es nada por si sola. La columna es la imposibilidad de conocerte.
Quizás yo, desde donde estoy, soy la columna de alguien. O quizás me tapa alguna columna. 
En realidad siempre estamos cerca, pero lejos. Y nos presentimos, pero no nos vemos.
Es cuestión de perspectivas.


***

Y la verdad es que no hay mucho que decir cuando te enchufan un megáfono delante de las narices, para que metas la pata, para que digas que sí y todos entiendan no.
La verdad es que no hay nada que agregar si te mencionan que todos cambian y resulta que todos cambian, sí.
La verdad es que no hay mucho para hacer si descubro que mis sospechas no eran infundadas, que no me equivoqué, que esa no fue una llamada equivocada, que no llegaste tarde por culpa del colectivo, que se rompió.
La verdad es que no hay a dónde ir, porque si las profecías se cumplieron mil ojos llueven hoy, y me escuchan mientras meo y aplauden mis ratos de lucidez, se ríen de cuando bailo borracho, se enojan cuando me masturbo tres o cuatros veces seguidas. Me miran, sin reprimirme, pero atándome de pupilas y me pesa y mejor me hago pasar por un velador, pero ellos saben que soy yo y esperan. Siempre esperan. La paciencia mata. La paciencia ajena mata.
La verdad es que no hay nada que esperar si en la terminal se acabaron los pasajes y si te quedaste sin subir mejor te armas un refugio y soportas, porque el micro no va a volver a buscarte. A veces llegas tarde y es la última vez que llegas tarde.
Y antes, cuando no me creías, cuando todo era posibilidad, había mucho que decir, mucho que agregar, mucho que hacer, mucho sitio a donde ir.
Ahora me das la razón.
Y yo no quería tener razón.


***

Mirá... Este de acá soy yo... Ésta, sos vos. 
Lo del medio... Bueno, lo del medio no sé qué es.

0 Diálogos: