BOMBEROS A 300 mts.
Dos millones de circuitos,
tecnologías robadas,
juguetes extraterrestres en el patio de casa
hongos que crecen bajo el árbol
y el perro come
y
después
te sonríe
y le decís: “te pegó”,
y te responde que no, lo que debe significar que a vos te pegó más,
“Pero si yo no comí nada…”,
“¿de qué está hablando, alumno Oniria?”, dice la profesora,
y estoy en un aula llena de ecuaciones anfibias,
porque los antiguos están por venir a tomarse unas copas
y,
después,
soplarnos,
y las caras de todos,
tan curiosos,
se estiran,
para convertirse en una mala copia
de un cuadro muy conocido
y ya sabés cuál
“¿no va a darme la respuesta?”
y empieza a dejar de ser vieja y la veo estudiando
y sé que nos conocemos de otra vida
y casi escucho la música que escuchamos
tirados
borrachos
palabras corriendo
lencería
y te digo que voy a dejar la carrera,
aunque te amo
o, reformulo:
“porque te amo”,
y el golpe me despabila
me deja desorientado,
sentado en el bondi
al lado de esa piba
que mira tan ofendida,
los cachetes colorados
y un ojo que se guiña
aunque no puedo asegurarlo,
y me dice que estoy loco, que recién la conozco,
y me ahorro de decirle que es peor,
que ni siquiera sé su nombre,
que conozco su puño
pero no me suena su cara
“no ves que puedo ilusionarme”, suelta, quebrada
y no me gusta
y no puedo hacer nada
no me resulta atractiva y miro por la ventana
esperando que se le pase
y entonces me veo,
caminando, de viejo,
todo encorvado
y la empujo con fuerza
y bajo saltando,
“¡Arriba las manos!”
gritan de un costado,
y se cae la bolsa que traigo en la mano,
siento que me ahogo, tengo algo pegado,
la casa está a oscuras y está todo tirado,
me piden que me saque la máscara
y obedezco,
apresurado
(ahogado),
y descubro que mi cara,
cuando no me pertenece,
es la de un perro
que sonríe
como cuando yo
tenía 11 años,
y me cuelgo, pensando
y me tiran, golpeando
revisan mi bolsa
mientras la sirena me acuna,
“no se estaba llevando plata,
se está llevando algo
que crecía en el patio…”
y me ahorro de darles
todos los detalles
decir que esa casa también fue mía
pero que de eso
me separan:
3 hongos
un perro
dos millones de vidas.
…
..
.
[dos millones de viajes]
tecnologías robadas,
juguetes extraterrestres en el patio de casa
hongos que crecen bajo el árbol
y el perro come
y
después
te sonríe
y le decís: “te pegó”,
y te responde que no, lo que debe significar que a vos te pegó más,
“Pero si yo no comí nada…”,
“¿de qué está hablando, alumno Oniria?”, dice la profesora,
y estoy en un aula llena de ecuaciones anfibias,
porque los antiguos están por venir a tomarse unas copas
y,
después,
soplarnos,
y las caras de todos,
tan curiosos,
se estiran,
para convertirse en una mala copia
de un cuadro muy conocido
y ya sabés cuál
“¿no va a darme la respuesta?”
y empieza a dejar de ser vieja y la veo estudiando
y sé que nos conocemos de otra vida
y casi escucho la música que escuchamos
tirados
borrachos
palabras corriendo
lencería
y te digo que voy a dejar la carrera,
aunque te amo
o, reformulo:
“porque te amo”,
y el golpe me despabila
me deja desorientado,
sentado en el bondi
al lado de esa piba
que mira tan ofendida,
los cachetes colorados
y un ojo que se guiña
aunque no puedo asegurarlo,
y me dice que estoy loco, que recién la conozco,
y me ahorro de decirle que es peor,
que ni siquiera sé su nombre,
que conozco su puño
pero no me suena su cara
“no ves que puedo ilusionarme”, suelta, quebrada
y no me gusta
y no puedo hacer nada
no me resulta atractiva y miro por la ventana
esperando que se le pase
y entonces me veo,
caminando, de viejo,
todo encorvado
y la empujo con fuerza
y bajo saltando,
“¡Arriba las manos!”
gritan de un costado,
y se cae la bolsa que traigo en la mano,
siento que me ahogo, tengo algo pegado,
la casa está a oscuras y está todo tirado,
me piden que me saque la máscara
y obedezco,
apresurado
(ahogado),
y descubro que mi cara,
cuando no me pertenece,
es la de un perro
que sonríe
como cuando yo
tenía 11 años,
y me cuelgo, pensando
y me tiran, golpeando
revisan mi bolsa
mientras la sirena me acuna,
“no se estaba llevando plata,
se está llevando algo
que crecía en el patio…”
y me ahorro de darles
todos los detalles
decir que esa casa también fue mía
pero que de eso
me separan:
3 hongos
un perro
dos millones de vidas.
…
..
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[dos millones de viajes]
http://www.youtube.com/watch?v=LtbKZllB5ts
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