Siempre es Nunca

16 may 2011

HAY TERROR



Capaz escribí (escribo) que estoy escribiendo, diez años después, en una casa diferente, en una compu que no es la mía, con la barba larga, el pelo sucio, muy diferente al espejo de aquella primera vez. Capaz que escribí (escribo) esos diálogos con personas que en realidad nunca fueron más que voces intuidas en mi cabeza, enferma por un poco de compañía, para borrar el dolor, para evitar sentir o para sentir más. Capaz que es sábado a la noche o domingo a la tarde. Capaz que fue. Capaz que sea.
Capaz que escribí (escribo) que escribo que todo esto ya lo escribí.
Capaz que levanto la vista y es ayer.
Pero ahora eso también está escrito.
No hay modo de escapar.
Siempre es Nunca.


***


Murciélagos hambrientos desangran a la realidad, que se debate, que empalidece, que cae muerta, que no deja testamento, que no tiene heredero.
Y el Mundo nuevo brilla, orgulloso, y el amanecer durará siglos, para los hijos de tus hijos. Amén.
Nacerán niños ciegos, los hombres perderán el poder.
Somos sonidos que rebotan en cuevas antiguas.
Los murciélagos no necesitan ver.
Ahora queda la blanca incertidumbre, el oscuro Sol.
Ahora es rojo el suelo, es nada lo demás.
Todo lo demás.
Es el vacío, que te responde, con eco, la pregunta más acertada que hiciste alguna vez:
¿Qué está pasando?
No pasa nada.
Posta.
Pasa de todo.
Y lo peor es que necesitás estar vivo.
De un modo u otro lo necesitás.


***


Las habitaciones se multiplican y las miradas en las fotografías no son estáticas.
Hay terror.
Hay un grito salvaje, escondido, único.
Hoy ya no es.
Las habitaciones se multiplican y cada vez es más fácil abrir la puerta equivocada.
Vas a presenciar un crimen, sin querer, porque sí. Vas a ser cómplice.
¿Dónde quedo ese momento?
Ya no puedo esperar. Ya no puedo seguir convirtiéndote en fragmentos insalubres. Ya no puedo guardarte para mañana. 
¿Qué ganás?
Yo no gano.
Las habitaciones se multiplican y ya no hay un mapa que marque el descanso final.
Hay huéspedes en casa y por más que compartamos el desayuno siempre van a ser desconocidos.
Yo no sé de qué fotos vienen.
Ellos no saben de qué fotos vengo.
Somos. Pero no somos.
Hay fechas garabateadas, pero la tinta no es para siempre. El tiempo sí.
Las habitaciones se multiplican y ya no sé distinguir entre un pasillo y otro.
Ya no puedo salir de éstas cuatro paredes.
Nunca voy a conocer el barrio.
A eso se limita todo.

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