Nos vemos.
Va
a llegar el día en el que se corte la luz y yo sea chico, otra vez. Un día en
el que no habrá ningún adulto, en el que voy a llorar, iluminado con una vela
temblorosa, que va a llenar de tristeza los rincones, las telas de araña, los
adornos de ayer. Voy a esperar a ese monstruo en el que siempre confíe, con el
que dialogué mucho, con el que reí, mirando por la ventana, cuando las
estaciones pasaban y los árboles se morían, para renacer, para volver a morir.
-¿Somos un ciclo y nada más?
Preguntaba él o preguntaba yo. Y no sé qué nos decíamos, pero siempre nos mostrábamos los dientes. Y él quería matarme y yo me quería morir, del mismo modo que él quería estar vivo y para eso yo tenía que vivir.
Vamos a vernos la cara por última vez, cuando toda la electricidad estalle, cuando la noche entre en cortocircuito y las estrellas se apaguen de golpe, sin estruendos.
Voy a abrazarme las rodillas. Él va a sentarse a mi lado.
Vamos a asustarnos, contándonos todas las anécdotas que nos divorciaron, toda la madurez que nos alejó, toda la racionalidad que nos embalsamó.
Siempre fuimos él y yo.
Uno de los dos con garras, el otro con lápiz y papel.
Rompiendo, ambos, siendo el secreto del otro, en mundos desconocidos y distintos, súper iguales.
-Nos vemos en la próxima realidad…
Y a la cuenta de tres vamos a soplar, sacándole a tus sueños el último escalón, llevándonos todo, con emoción.
-¿Somos un ciclo y nada más?
Preguntaba él o preguntaba yo. Y no sé qué nos decíamos, pero siempre nos mostrábamos los dientes. Y él quería matarme y yo me quería morir, del mismo modo que él quería estar vivo y para eso yo tenía que vivir.
Vamos a vernos la cara por última vez, cuando toda la electricidad estalle, cuando la noche entre en cortocircuito y las estrellas se apaguen de golpe, sin estruendos.
Voy a abrazarme las rodillas. Él va a sentarse a mi lado.
Vamos a asustarnos, contándonos todas las anécdotas que nos divorciaron, toda la madurez que nos alejó, toda la racionalidad que nos embalsamó.
Siempre fuimos él y yo.
Uno de los dos con garras, el otro con lápiz y papel.
Rompiendo, ambos, siendo el secreto del otro, en mundos desconocidos y distintos, súper iguales.
-Nos vemos en la próxima realidad…
Y a la cuenta de tres vamos a soplar, sacándole a tus sueños el último escalón, llevándonos todo, con emoción.
***
¿No
se dan cuenta de que es injusto? ¿Por qué nadie me avisó?
Ellos ya lo sabían, mucho antes que yo, por eso me ponían una mano en el hombro y me miraban con una sonrisa triste cuando yo estallaba de ira, transpirado, con las venas explotando en el cuello, exhausto por querer armarlo, por desarmarlo de nuevo.
Ellos sabían; me hubiera gustado haber dado abrazos que no dí, haber dado unos cuantos golpes, haber manchado más paredes, haberme quedado dormido el día en el que cerré los ojos e imaginé lo peor.
Y lo peor no era mi muerte.
¿No se dan cuenta de que así seguimos quedándonos solos?
Ellos ya lo sabían, mucho antes que yo, por eso me ponían una mano en el hombro y me miraban con una sonrisa triste cuando yo estallaba de ira, transpirado, con las venas explotando en el cuello, exhausto por querer armarlo, por desarmarlo de nuevo.
Ellos sabían; me hubiera gustado haber dado abrazos que no dí, haber dado unos cuantos golpes, haber manchado más paredes, haberme quedado dormido el día en el que cerré los ojos e imaginé lo peor.
Y lo peor no era mi muerte.
¿No se dan cuenta de que así seguimos quedándonos solos?
1 Diálogos:
"Uno de los dos con garras, el otro con lápiz y papel."
Sos el que mejor define al escritor. Sos groso, puto.
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