EXPLOSIONES DE MADRUGADA
Soñamos
con cambiar muchas cosas y cambiamos demasiado en el camino, tanto que la
mirada dejó de estar afuera y el corazón se llenó de periodistas curiosos,
llenos de preguntas pelotudas… El show empezó a producirse puertas adentro y
todo ese vandalismo que deseábamos ahora quema mi cerebro, con bombas molotov
mal armadas… Todo lo bueno, pero todo lo malo. Ahora soy el Universo y soy un
agujero negro… Soy la perdición, pero si hay belleza es porque estoy acá…
Porque voy a viajar en el tiempo y voy a matar a mi padre; voy a resucitar al
mayor asesino serial; voy a invocar al Cthulhu, con palabras inventadas; voy a
chamullarme al fantasma del sótano, con hechizos pronunciados como el ojete;
voy a rociar todos los planetas con gasolina y voy a hacer que Godzilla
estornude contra el Sol… Y voy a apagar el fuego meando, silbando una canción
mala pero re conocida y pegajosa. Después, con las cenizas, voy a armar un
museo que se va a llamar: “La prueba de que acá nunca existió vida”.
Nadie va a conocerte, nadie va a escuchar de vos,
nadie va a sorprenderse con tu habilidad para putear, nadie va a reírse porque
lloras con una peli muy de pochocho; nadie va a fascinarse con vos cuando
intentás tocar la guitarra, empecinada, haciendo cagadas… Nadie va a soñarte
después de verte con los ojos resacosos al Sol, tan entera y rota, nadie va a
tocarte sin querer en un bondi, nadie va a quedarse tartamudo en el momento de
decirte que vestirte con rayas blancas y negras te queda demasiado bien. Nadie
va a putearte por no interesarte en preguntar a qué se debe la cara de culo,
nadie va a propasarse, con onda, con una buena tocada de tetas, de esas
alevosas pero amistosas, nadie va a hacerte el amor, ni garcharte; nadie va a
saltar hacia el cosmos por estar dentro tuyo, nadie va a abusar de tus piernas,
que no son largas, ni son perfectas pero usan chupín; nadie va a enseñarte las
reglas de alguno de esos juegos de mesa aburridos, nadie va a cocinarte tu
comida preferida, cuando estés bien en pedo y drogada, nadie va a sacarte el
cuero por ser tan conchuda e hija de puta, nadie va a darte malos consejos con
ojos tristes, nadie va a invitarte a una noche en la playa, escuchando alguna
banda vieja, nadie va a crecer con vos, nadie va a envejecer a tu lado,
repitiendo anécdotas gastadas, mientras estallan las risas débiles, de modo
inevitable, por estar tan quebrados y tan conscientes. Nadie va a llevarte a la
escuela, nadie va a contarte un secreto, nadie va a ser confidente de tus
aventuras, nadie va a intentar descubrir de quién gustás, que es algo que
parece TAN importante; nadie va a golpearte bien fuerte, nadie va a vomitarte
en un cumpleaños, nadie va a empujar tu bici sin rueditas, para que te
estrelles, estrenando la mala suerte, en una planta de espinas. Nadie va a
retarte por estar mirando tele en horas indebidas, nadie va a despertarte
cuando grites en una pesadilla en la que eras un viejo que soñaba con ser niño
o un niño que se imaginaba de viejo, imaginándose.
Nadie va a saber tu nombre, lo que significa que
nadie va a saber el mío.
Soñamos con cambiar muchas cosas, pero hay cosas
que no cambian. El resto son granadas.